miércoles, 27 de octubre de 2010

En los márgenes del mundo




Debajo de la indecencia de las sábanas
En la hora que el sol tanto teme
el cuerpo respira

Hay tibieza debajo de las uñas
Y los ojos absorben la cercana obscuridad
mientras las lágrimas recuerdan a la lejana

El ronroneo de lo vivo
y el reloj de sonidos imposibles
acarician y martillean mis oídos condenados

Sueño un sueño bonito,
sueño un sueño insomne

no puedo gritar cuando me doy cuenta,
cuando se acaba de encarnar
la última de todas mis ideas
la de mi cuerpo y el salto final.

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