miércoles, 22 de septiembre de 2010

El Pacífico (al que nunca vi)

Espejo de Luna
En tus orillas de arena y sangre
Los recuerdos no permanecen.

Murmullos melancólicos gritan a mis oídos
Claman, escupen desmemoria
Agua salada que engulle arena

Un ruego silencioso sale de mi garganta
En esta noche plateada,
Que mis recuerdos se vuelvan como arena,
Que a quienes lloro en esta noche
Se los lleve el recuerdo
Como se desgranó la luna azteca

Y que quien soy hoy
No sea la misma persona que será mañana
Bajo este mismo cielo,
Y frente a este viejo océano.

jueves, 16 de septiembre de 2010

La Garúa


Granula finito y desgrana la ciudad.
Incautos y solitarios
Caminan por las calles junto a perros abandonados
Que se asemejan tanto a mi…

Las gotas suspendidas en el aire me abrazan
Y hacen que el barro y el asfalto que piso
Sean más sucios debajo de mi suela
¿Y dónde quedó la mujer?
La perdí entre los pixeles húmedos de la madrugada.

Detengo mi mirada en una ventana empañada
 Creo que ninguna otra cosa en la vida me ha parecido más hermosa
Que esa poesía enmarcada.

…Un kioskero triste es mi cómplice…

Las luces de mercurio ceden
Y no hay resto en la resaca de la noche…

… un piano de Satié en mi cabeza
Me invita a continuar caminando
Y es entonces cuando deseo fumar un pucho en medio de la garúa
Aunque nunca en mi vida haya dado una pitada.

martes, 14 de septiembre de 2010

This is Hardcore o la sensualidad del verano

Las conversaciones surgen espontáneamente o se pactan en citas o entrevistas. Es el modo más viejo de relacionarnos y uno de mis favoritos. Hoy hablé con una amiga sobre idioteces agradables. Una de ella fue sobre un disco de PULP: This is Hardcore. Le prometí regalárselo en caso de ser una buena amiga y no piscopatearme demasiado. Terminada mi jornada en TEA volví caminando a Retiro en una de las últimas veces que volvería e noche este año porque la primavera está cerca.
           
Entonces recordé cuánto me gustaba ese disco. La conversación no se fue tan fácil de mi cabeza y lamenté no haberlo cargado en mi mp4. Lo primero que me llama de él es su estética soft-porn. En la tapa hay una estrella porno desnuda de torso y con un aspecto más cadavérico que vivo. El resto de las fotos del booklet no son menos sugerentes. Chicas semidesnudas gozan con frialdad de los vouyeristas de turno, en este caso, la banda misma. Todas las personas que fueron fotografiadas ajenas a la banda pertenecen al mundillo del Hardcore, tan afín a los gustos de Jarvis Cocker, el cantante. La sesión de fotos se realizó en el Sheraton de Londres, un “no lugar” o lugar neutro, como diría el sociólogo francés  Marc Augé. La penumbra, entonces, es ley en el disco.
           
¿Y cuál es el contenido del álbum? Bien, es un collage de gozos sensuales de noches de verano. No hay inocencia, solo juego y pecado, pero cualquier cosa está permitida en la intimidad del vouyerista.
          
  Salvo algunas canciones, como Dishes o A Little Soul que hablan de relaciones de hombres casados, el resto de los temas se impregnan de suciedad y saciedades satisfechas en la noche cálida de la ciudad, en cuartos de hoteles. En este orden es impactante el tema Seductive Barry. El disco arranca con temores de soledad expuestos en la magistral The Fear, la noche será larga, más aún si no hay nadie a nuestro lado. El tema mejor logrado desde todo aspecto es el que da título al disco: una suerte de gran homenaje al género francés del policial negro o film noir, en el que asesinatos y erotismo envuelven una historia muy acartonada. Gustavo Cerati tomó mucho del videoclip de este tema para su video ‘Crimen’, pero ese tipo de plagios intelectuales en forma de homenaje no eran nuevos en el músico. The day after the revolution cierra como épica minimal del disco con un cuelgue de una nota en el órgano de Cándida Doyle a lo largo de 15 minutos. The Fear is Over, como reza Jarvis.
          
  This is Hardcore o sensaciones de verano en el que las frutas toman un dulzor fuerte y es necesario comerlas pronto antes de que comiencen a pudrirse con la celeridad con la que pasan esas noches cálidas y cortas.

domingo, 12 de septiembre de 2010

De noche…

La noche     (ladridos de perros)
Un rincón permanece húmedo y el moho espera
 (gotea en algún lugar… cerca o lejos es lo mismo)
El velador no genera luz, produce sombras
(Maúllan recuerdo en las mentes)

La esquina y su farol son corroídos  por autos noctámbulos
(Nada de eso es visible desde la ventana)

Solo el frío del invierno, solo el estar tan lejos y tan cerca
La angustia se licuó con la ausencia de lo que se quiere
                                                    Y no se tiene

(ni se tendrá nada por el resto de la madrugada)

jueves, 9 de septiembre de 2010

ODA AL MONSTRUO DE LA NATURALEZA


En la estación de tren
En los campos soleados
En el trigo tostado
En el verano que persiste a pesar del invierno próximo
                                                Se esconde el hombre que no desea ser visto
Espera… 
                Y el tren no llega

Es inmensa la belleza desolada
Toda tu vida cabalgaste y tu sangre caliente
Eyaculó y fecundó todo el país
Fuiste Nación desde el sol hasta la nieve
Y tu nombre resuena en los vagidos de los recién nacidos.

Pero estás viejo, hombre
El crepitar de tus huesos carcomidos
No conmueve ya a los robles.
Tus manos que tocaron tantas mujeres de joven,
Que asieron con firmeza
Tanto las hoces como las páginas
Tus manos, digo, te traicionan
Hoy tiemblan más que la hierba ante la ventisca.
Y tus manos, que en otro tiempo
Decidieron rechazar el dulzor de la tierra por un Dios mejor,
Hoy rechazan lo que no puedan tocar.
Tus ojos casi ciegos aún se conmueven,
Pero no expresan ya nada de tu espíritu.
Y las piernas, que caminaron y cabalgaron
Tanto caballos como mujeres,
Hoy, agotadas por el verano,
No quieren perder el auxilio del asiento de la estación.

Y el tren no llega…

No existe la vida, ni la muerte, ni el después de la muerte anónimos
Para quien hizo temblar la tierra infinita.
Los gusanos te esperan,
                 Se apresuran por exhibir la obscenidad de tus huesos
Los escuchas venir,
Pero no son los gusanos de tu interior,
Son tus seres amados.

Y el puto tren no llega…

Sus voces aúllan tu nombre
El viento ulula tu nombre
El verano quema tu nombre
La madre amamanta tu nombre
Y tu boca late tu nombre

Tol… stoi     Tol… stoi
Tol… stoi

Tol...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

En busca de El Conformista, de Bernardo Bertolucci.

Hoy fuí al local de Los Unos y Los Otros, un negocio donde venden DVDs y videos. En su página de internet, www.losunosylosotrosdvd.com.ar , ofrecían una copia de El Conformista, de Bernardo Bertolucci, y recordé cúanto me había gustado esa película. Me fijé por curiosidad en qué año se había filmado y mi sorpresa fue grande cuando percaté que este año se cumplen 40 años de su estreno.
    
Si tuviese que describir brevemente esa película diría que se nota que era inmediatamente previa a Último tango en París. Basada en la novela homónima de Alberto Moravia, el guión fue escrito por Bertolucci. La historia cuenta un momento en la vida del apático Marcelo Clerici, un hombre que actúa por conveniencia pero sin convicción de nada. En la Italia fascista previa a la Segunda Guerra Mundial, el partido de Mussolini, de quien él es colaboracionista, le encarga ir a París a buscar a su ex profesor de filosofía y entregarlo a los fascistas por ser disidente político. Una vez en París, él y su hermosa y vulgar esposa traban amistad con el profesor, lo cual hace dudar a Marcelo de su misión (aunque no tanto por convicción como por cobardía).
     
La fotografía corrió por cuenta de Vittorio Storaro, el mejor de su época. Deteniéndonos en la obra de Storaro (y aprovechando la tecnología digital del DVD) podemos detener la película en cualquier escena y comprobar que cada encuadre fue compuesto cmo cuadros pictóricos. El claroscuro, los colores, la luz deja por momentos en segundo plano la trama. La música de Georges Delerue es soberbia y acorde con la melancolica apatía de Clerici.
     
Tal vez el único punto flojo sea la escena del baile entre las dos esposas, pero no porque sea malo, sino porque la escena de baile de Último tango es notablemente mejor.
    
Bien, con tales cosas en mi cabeza y recuerdo de algunos parlamntos fuí hasta el local, solo para comprobar que el vendedor había perdido las dos únicas copias que tenía. Esta vez el tiempo no estuvo de mi lado. Pero a ustedes les dejo esta recomendación por si no la vieron o si aún no saben quién es Bertolucci.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Decálogo de las necesidades de una vida

El oficio de escribir puntillosamente un arte inútil.
La dedicación de acumular papelitos con recuerdos.
(que se resquebrajan como amor muerto con solo tocarlos)
La constancia de recordar fechas y aniversarios que en nada nos modifican.
El esfuerzo por permanecer en la euforia o en la depresión.
La dejadez de ni intentar estar bien.
La paciencia de esperar otoños e inviernos para no sentirnos agobiados de calor.
El anhelo de nuevas primaveras y veranos para no sentir el oscuro frío angustiante.
El hobbie de recoger objetos desechables en busca de un simbólico valor sentimental.
El morbo de continuar recordando a aquellos que nos lastimaron.
El heroísmo que encierra el misterio de seguir, día tras día, por amor a algo más abstracto que toda nuestra realidad.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Poema para convalecientes

El suelo colapsa
El cielo colisiona
Ahhhh… la fiebre persiste

Una imagen de mi infancia
Crece como un tumor en todo el cuarto
Conejo de chocolate
Con garras que tienen pedazos de piel
Y dientes con baba y sangre

Abro los ojos y la penumbra todo lo come
Por la mínima luz se cuelan las canciones de mi disco para pesadillas
(lo adoro por el terror que me infunde)

Volvamos al capullo, a la transpiración
Y acurruquémonos

Veamos, con ojos ojerosos y negruzcos
Al cielo colapsar
Al suelo colisionar.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Un poeta íntegro: Nick Cave

Más allá de la condensación


Más allá de la condensación, más allá de la ebullición, lejos de lo conocido y disperso en algún lugar nunca antes hallado. Cercenado y solo. Sin desesperación y sin paciencia. Busco hundimiento, agua dentro de mí clama agua de lago, agua obscura, agua quieta y sin fluir.

Respiro hondo y bufo el aire. Sorbo y soplo… sorbo y salto. Zambullido, pesado, adentrado en el espejo de agua. De noche las formas no se mueven, vigilan… pero no duermen. Asechanza de lo no vivo, contemplación de lo profundo, el lodo y el limo del fondo no fecundan. Ardor de los pulmones y dolor de las extremidades. Cataclismo de los sentidos, desnudo de los pesares. Solo el agua, el ardor y el frío.

Agua y pulmones, agua y acero, agua y óxido… emerjo. Respiro lodo, respiro agua negra, respiro madre y respiro lo perdido. Respiro por los ojos, lágrimas de lodo, en los ojos… que respiran y se agitan. Aire… aire… violentamente aire y pasivamente noche. Plateadamente luna y sollozado espasmo de recuerdo que nace del pecho. Sonoramente silencio y aturdidoramente brisa.

Frío y noche, obscenidad y noche. Ardor y noche. No hay fuego en la noche, hay humedad en la noche, hay insectos en la noche, hay fragilidad y hay hombre.

Hay en hombre agitación y palpitación pesada. No hay en hombre nada más que la forma de su contorno invisible por la brisa que lo circunda y lo hermana con el lago frío y con el limo olvidado. Inmenso e inmerso, respirando… aún respirando y expirando.

Y más allá de la condensación, más allá de la ebullición, lejos de lo conocido y disperso en algún lugar nunca antes hallado, sumergido y húmedo, hay, ahogado, un recuerdo perdido para siempre como el rocío de la noche al llegar el alba.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La tierna soledad del invierno y la búsqueda del amor


Semana lluviosa en Buenos Aires. También ventosa y fría. Se acaba el invierno y con él la temporada de discos para el frío. De entre todos hay uno que me continúa conmoviendo como la primera vez (vale decir, que esa primera vez que lo escuché ya fue hace varios años). Hablo de Adore de The Smashing Pumpkins.

Adore fue, de los discos de los Pumpkins, al que más se lo desprestigió desde la crítica, pero es aquel en el que terminan cayendo todos los fans más temprano que tarde. Y esto es solo por el simple hecho de que es uno de los manifiestos musicales más tiernos que se hayan grabado en la historia del rock. Pero tras tal presentación, vale una breve justificación.

El disco tiene una temática que se repite en todos los tracks: lo sublime del amor. Sublimidad, tal como lo definía Kant, no es solamente lo que se considera ‘bello’, sino es aquella instancia del alma en donde el espíritu se conmueve ante algo inabarcable, en el que caben la fealdad, lo retorcido, lo alegre y lo triste, la compasión y la no compasión. Adore logró englobar los sentimientos encontrados de las personas, y lo hizo desde el frío. Las imágenes del arte no muestran seres juntos. Todos y todo está aislado, pero de algún modo hay armonía. La estética expresionista nunca fue mejor elegida para tal fin. Tal vez nada conmueva más que la persona en soledad y nada alcance un nivel más elevado del alma que la soledad, tal como lo veía Rilke, tal como lo demostró John Coltrane en A Love Supreme. Pero Billy Corgan no se conforma con la soledad, sino que busca cazar al corazón en solitario.

To Sheila: la ternura de la lluvia en verano, el susurro de la banda, la bienvenida al mundo de claroscuros y una manifestación del costado más delicado del primer amor.
Ava Adore: o cómo nos metemos al laberinto de lleno. Tema que plasma otros tipos de amor, la obsesión y la adoración del ser amado como tótem. Ruidoso, pero no estridente.
Perfect: hay mella y nada permanece idílico. Lo irónico del nombre es que se insiste en ver perfección en algo tan imperecto como las relaciones humanas.
Daphne Descends: uno de mis temas favoritos. La ternura de unirse al otro, de ser otor y para otro. Pero me agrada ver que es una mujer quien adora (“You love him”).
Once upon a time: un descanso antes de seguir. Una especie de fábula edulcorada por el ritmo, un petitorio a la madre de dejar ir en busca del deseo al hijo.
Tear: amargura del desengaño por el engaño mismo. Uno de los temas más borrascosos del disco.
Crestfallen: frío, lluvioso petitorio sin esperanzas. Resignación ante el dolor de la pérdida de quien fue y ya no es más. Al dejar de ser el otro, yo quedo devastado (“who am I?”)
Appels+Oranges: pequeño poema sobre descubrir el desamor del otro, el engaño y los cuernos. Pero más que nada es una canción sobre las dudas que causan los celos, ya que nada hay concreto, solo suposiciones.
Pug: canción de la espera. Esperar un llamado una noche cualquiera en busca de gestos concretos a través de la distancia.
The tale of Dusty and Pistol Pete: en forma de fábula Billy Corgan cuenta un cuento de swingers y desencuentros bastante gracioso, aunque no chabacano.
Annie-Dog: las adicciones a las drogas por la desesperación, por la ansiedad, por el “después de todo” esto es lo que queda. Este tema cierra esta parte del disco y será el prolegómeno para la parte final, más íntima y oscura.
Shame: lento y tierno, todo se derrite, todo lleva su tiempo. El tema me remite a la lluvia vista desde cristales empañados. El amor restaura las heridas.
Behold! The Nightmare: este tema es una reversión de “El amor después del amor”, pero lo considero muy superior, porque no tiene los gritos histéricos e innecesarios de Fito Páez. Es el amor que continúa a pesar de la muerte, ya sea física o de la relación. Es amarga la reflexión del final, de pensar que todo fue por nada.
For Martha: balada sobre la distancia más profunda que se conozca. La persistencia a través del tiempo y el lugar, a través de la pena y contra el olvido.
Blank Page: este tema es un fantasma del anterior. Es el más desesperado e íntimo de todos. Escrito y contado desde la cama vacía, desde los ojos ojerosos que ven lluvia y ven amor, pero todo desde la soledad y el anhelo.
17: el disco cierra con un casi silencioso piano de 17 segundos de duración. Remite al poema de la contratapa del book y en el que ruega que se tomen los amantes 17 segundos para no destruir el equilibrio.

Si, Adore es un disco que amo y que rescataría el día que todo colapse. Es la búsqueda lo que nos hace vitales. La lluvia y los grises contienen la poesía suficiente para mantenernos en el amor.