El oficio de escribir puntillosamente un arte inútil.
La dedicación de acumular papelitos con recuerdos.
(que se resquebrajan como amor muerto con solo tocarlos)
La constancia de recordar fechas y aniversarios que en nada nos modifican.
El esfuerzo por permanecer en la euforia o en la depresión.
La dejadez de ni intentar estar bien.
La paciencia de esperar otoños e inviernos para no sentirnos agobiados de calor.
El anhelo de nuevas primaveras y veranos para no sentir el oscuro frío angustiante.
El hobbie de recoger objetos desechables en busca de un simbólico valor sentimental.
El morbo de continuar recordando a aquellos que nos lastimaron.
El heroísmo que encierra el misterio de seguir, día tras día, por amor a algo más abstracto que toda nuestra realidad.
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