Perdido en la niebla
en busca de afecto
derramado todo el cuerpo triste en el sofá
Sin llanto
pero con ganas de...
una nota de piano lejano
se esfuma en el tiempo
La eternidad en el instante
los ojos fijos en la vieja pared
los pliegues de las manos que acariciaron
a quienes hoy se fueron
o nunca estuvieron
Una nota de piano que marca
el tiempo
la caída
el tintineo
En lo profundo de un cuarto
de la ciudad de cemento
un poeta renuncia
a su oficio
y pulcramente
desprecia a la mujer y a la luna
Hace cenizas su obra
y se quiebra los dedos
sin embargo no pudo con su lengua
ni con su tristeza
el piano suena
el resto del whisky
y otro rato más
y ya sin el poeta
el cuarto vacío
el infinito en el polvo
y el vaso a medio acabar
Amanece sin el poeta
pequeño estruendo
adiós tristeza
una puerta cruje
y todo es testigo
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